jueves, 21 de diciembre de 2000

Exposición ROBERTO GALVÃO. Madrid


PINTURA & OBRA GRÁFICA.

Conocí a Roberto Galvão (Fortaleza, 1950)  en 1993, en los Talleres de Obra Gráfica de Pastrana (Guadalajara) con los que, a modo de Cursos de Verano, la Universidad de Alcalá de Henares celebraba el setecientos aniversario de su fundación. Allí coincidimos, formando parte de un grupo cosmopolita,  con Eduardo Eloy (Brasil), Blaise Patrix (Francia), Injaï Braïma (Guinea Bissau), Alejandro Quiroga y Rodrigo Cornejo (Chile);  y los españoles:  Marga Llin, Isabel Moreno, Artemis Rupérez, Susana  Murias, Hilario Ranera, Sotte, Sofía García, Rafael Amorós y Luis Ardevínez. Realizando posteriormente, en Aranjuez (Madrid), la exposición colectiva “Grafica de Aquí y de Allá”, con la incorporación de obra gráfica de Eva Davidova (Bulgaria), Rafael Monagas (España), Philippe Martin (Francia), Marisa Lara (México), Jean Marc Gauthier (Francia), Moisés Finalé (Cuba), Ramiro Arango (Colombia), David Anglés (Bolivia) y Sebastiâo de Paula (Brasil).

En la exposición de la galería Pau d’Arara, Galvão presenta obras realizadas en los 90, donde las bestias zoomórficas agrupadas en sus telas se individualizan dando lugar a un bestiario con características muy especiales, en el que cada uno de los “bichos” se desparrama ocupando la superficie de la obra, se puede observar en el cartel anunciador de la exposición, que contiene una obra muy representativa. 

El profundo estudio sobre la obra de Chico da Silva y la propia relación con éste pintor, considerado primitivista, pero que también bucea en las aguas del surrealismo que emana del inconsciente, tienen una profunda influencia en este periodo; captando Galvão el sincretismo antropofágico de la tradición nordestina, común a la obra de Aldemir. Fruto de la imaginación y de las leyendas, los animales mitológicos han acompañado la historia de los hombres desde sus orígenes, convirtiéndose incluso en seres arquetípicos. Así, la aparición de seres mitológicos es común a muy diversas culturas y podemos decir que todo pueblo con tradiciones e imaginación tiene sus propias bestias mitológicas, en muchos casos relacionadas con el bien y el mal. Por ejemplo, al sur de Brasil, el pueblo Mapuche, en Chile, desarrolló una tradición muy grande de seres extraordinarios, entre los que se cuentan la serpiente alada (Piwichén), el zorro con cola de culebra (Ngurru vilu) o una oveja deforme (Wallipeñ);  Y al otro lado de América, el pueblo Azteca representó al dios Quetzal, un animal mitológico mezcla de ave y serpiente: "Serpiente Emplumada".  Sin olvidar las representaciones de la mitología china, hindú,  egipcia, griega, romana o del Medievo europeo (Pegaso, unicornio, cíclope, centauro, cancerbero…). Todos ellos fueron mezcla de seres que realmente existen o existieron, lo que hizo pensar en ocasiones que fuesen mutaciones genéticas, monstruos de la naturaleza e incluso aberraciones, nacidas de la confusión propia de la época antigua en que se describieron; como es el  caso de los descritos en los Diarios de a bordo de los navegantes españoles que descubrieron las costas de Ceará, allá por el año 1500, acompañando a Vicente Pinzón. O como confesara Chico da Silva a Galvão en una de sus delirantes conversaciones: “los monstruos existen, yo los he visto en el Cine”.

Un bicho percusionista y otro saxofonista, grabados calcográficos realizados por Galvâo en los Talleres de Obra Gráfica de Pastrana en 1993, que ilustran los congresos Música, Arte y Mística celebrados anualmente, desde 1995,  en la localidad alcarreña, son ejemplos de la obra gráfica expuesta, que comparten temática y universo con la pintura.

Tras la exposición, la obra de Roberto Galvão pasará a formar parte del fondo permanente de la galería Pau d’Arara.

Texto: Francisco Lara Mora.

miércoles, 20 de diciembre de 2000

Inauguración GALERÍA DE ARTES APLICADAS PAU D'ARARA MADRID


EXPOSICIÓN COLECTIVA: 
JOSÉ RINCÓN, ANGEL CHICHARRO, PEPA JORDANA, SASTRE, JESÚS GALPARSORO, JOSÉ PORTILLA, MARCIANO BUENDÍA, ROBERTO GALVÃO Y FRANCISCO LARA.


ARTE A PIE DE CALLE. Un nuevo espacio en el que la artesanía popular es elevado a una categoría superior.

Con la finalidad de acortar distancias y unir definitivamente el mundo del arte con el público de la calle, un colectivo de artistas decidió poner en marcha hace unos meses la tienda Pau d'Arara. Ocho artesanos españoles y un brasileño muestran sus colecciones en pintura, cerámica, joyería o madera de forma continuada en este espacio que también alberga exposiciones itinerantes.

Los responsables de la idea son dos joyeros, Jesús Galparsoro y Francisco Lara, cuyas creaciones se encuentran a la venta al igual qie el resto de las piezas de sus compañeros.

El local conserva el sabor añejo y castizo que le proporciona su fachada de madera y escaparate de cristal que sirvió como tienda de ultramarinos en el Madrid palaciego. En su reducción interior, dividido en tres plantas, se aprovecha cada rincón y es posible contemplar los distintos objetos de un amisma colección descansando en baldas de madera. Destacan las cajas y frascos especieros elaborados por Marciano en cerámica lacada, cuya técnica de cocción recuperada de la más ancestral tradición oriental, consigue tener un tipo de acabado poco  común en barro.También son llamativos los sorprendentes diseños de bandejas, tarros y lámparas realizadas por Angel Chicharro a través de la unión de las tres maderas más cotizadas: olivo, nogal y caoba.

El mundo de la cerámica también está representado por Sastre, un manchego con gusto por el azul mediterráneo y la luz. Este sentimiento queda plasmado en los utensilios que modela, de gran colorido y de uso doméstico, como platos, teteras o ceniceros. Por su parte, la artista Pepa Jordana realiza murales de gres bruñido y cerámica, como llaveros y colgantes del mismo material, con diseños sencillos de arte rústico -sin estridencias ornamentales-, que inspira su obra.

Las creaciones de los joyeros Jesús Galparsoro y Francisco Lara son completamente distintas, pero igualmente innovadoras. Mientras que el primero se inclina por los motivos geométricos en sus series -Mosaico y puzzle, de plata y piedras semipreciosas, respectivamente-, Lara prefiere dar rienda suelta a su imaginación confeccionando pulseras y anillos con animales mitológicos y terrenales, como tiburones o ranas en sus diseños más preciados. El coste, a pesar de tratarse de series limitadas, varçia según el proceso de elaboración y el tamaño, de este modo, es posible adquirir desde una gargantilla por 6.000 pesetas hasta un pie de lámpara por 60.000 pts.

Texto: Laura Ballester (EL MUNDO).